El FBI ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por Matveev, un conocido pirata informático ruso
Hay una recompensa de 10 millones de dólares para quien proporcione información que permita proceder al arresto de este hombre.
No, no estamos en el siglo XVII, cuando los gobiernos ofrecían recompensas por la captura de piratas que amenazaban el comercio marítimo, ni estamos en el salvaje Oeste americano, donde los «sheriffs» y los agentes de la ley colgaban carteles delante de los salones y contrataban cazarrecompensas para capturar a los delincuentes.
Estamos en 2023 y resulta que el Departamento de Estado de EE. UU. ofrece una cuantiosa recompensa a quien proporcione información que permita detener o condenar a Mikhail Matveev, uno de los ciberdelincuentes más buscados por el FBI.
Según la Federal Bureau of Investigation, el ruso es uno de los «atacantes más prolíficos que se sirven del «ransomware»», al haber estado implicado en grandes ataques contra empresas e infraestructuras críticas en Estados Unidos y otros países. Al mismo tiempo, el Departamento de Justicia (DOJ) ha acusado a Matveev de varios cargos particularmente graves, como el ataque de «ransomware» de 2021 contra el Departamento de Policía de Washington, por el que se difundieron numerosos archivos sensibles de la Policía, y un ataque contra una organización sin ánimo de lucro dedicada a la atención sanitaria conductual de Nueva Jersey.
Según los denunciantes, Matveev, que también se hace llamar «Wazawaka» y «Boriselcin», parece estar implicado en el desarrollo y la distribución de algunas variantes famosas de «ransomware», como Babuk, Hive y LockBit, además de haber sido acusado de exigir hasta 400 millones de dólares a sus víctimas, de los cuales se habrían llegado a pagar la mitad. Esta información se extrajo de dos acusaciones publicadas por el Departamento de Justicia, que identifican al hombre no solo como el autor de una campaña de extorsión, sino como un actor clave en la creciente amenaza que supone el «ransomware» en todo el mundo. Si es declarado culpable, Matveev se enfrentará a más de 20 años de prisión.
«Gracias al extraordinario trabajo de investigación de los fiscales de mi oficina y de nuestros socios del FBI, Matveev ya no se oculta en las sombras: hemos identificado públicamente sus acciones delictivas y le hemos acusado de varios delitos federales», ha declarado el fiscal del distrito de Nueva Jersey, Philip R. Sellinger. «Que las acusaciones de hoy sirvan de recordatorio a los ciberdelincuentes de todo el mundo.: Mi oficina se dedica a luchar contra la ciberdelincuencia y no escatimará recursos para llevar ante la justicia a quienes utilizan los ataques de «ransomware» para atacar a las víctimas».
Por su parte, el ruso no parece en absoluto intimidado por toda esta movilización contra él, entre otras cosas porque, al estar en su propio país, no corre ningún riesgo de una posible extradición al extranjero. De hecho, se divierte burlándose provocativamente del gobierno estadounidense mostrando en su perfil de la red social X una camiseta con la imagen de su «Most Wanted», publicada por el propio FBI, además de preguntarle a sus numerosos seguidores lo que opinan.
Llegados a este punto, si esperabas un epílogo de película de espionaje ambientada en el contexto de la Guerra Fría que, al igual que entonces, enfrentase a las dos potencias mundiales históricamente enemigas (EE. UU. y Rusia), tenemos malas noticias.
De hecho, lo único que parece molestarle al criminal ruso es que la prensa lo tache de «hacker». Él, junto con sus colaboradores, afirma pertenecer a una categoría diferente de especialistas porque su único motivo es, exclusivamente, el dinero. Al menos eso es lo que ha declarado a TechCruch, que ha conseguido ponerse en contacto con él.
Por supuesto, también podría tratarse de una mentira para encubrir otro tipo de intenciones. Nunca lo sabremos, o al menos no de momento. No obstante, sí hay algo cierto en toda esta historia, y la recompensa por la cabeza de un criminal nos lo recuerda: aunque hayan pasado muchos siglos, el «lejano» Oeste no está tan «lejos». De hecho, la mayoría vivimos en él. Se trata de la gran web, el mundo que todo el mundo frecuenta pero que pocos conocen en realidad.
Se trata de un paisaje, ilimitado y a menudo peligroso, que no vemos pero que puede llegar a ser muy real si, por alguna razón, se topa (sería mejor decir «choca») con nuestra falta de conocimientos o nuestra incapacidad para actuar con rapidez de la forma correcta.
La mayoría de nuestras situaciones cotidianas probablemente no tengan nada que ver con los equilibrios geopolíticos internacionales, pero encontrarse con un pirata informático que se cuela en nuestros dispositivos o en los de la empresa o institución para la que trabajamos no es una experiencia agradable.
Por tanto, siempre debemos estar preparados para detectar la amenaza y detenerla a tiempo.
Solo hay una forma de hacerlo: recibiendo la formación adecuada. Esta, además de ser de alta calidad y estar siempre actualizada, también incluye un «entrenamiento» personalizado y adaptado al nivel propio de preparación.